sábado, 1 de marzo de 2014

El inicio

Bueno, era 28 de febrero, las 9 de la mañana, yo me había levantado temprano, era la primera vez que salía con él, sólo lo conocía desde hacía unas semanas pero estaba muy ilusionada, tenía un buen presentimiento, como si las estrellas se hubiesen alineado, como si el destino estuviera de mi parte. Compré churros y me fui para el lugar donde habíamos quedado, me empecé a poner nerviosa, él no llegaba, no llegaba, llegué a pensar que me había dejado tirada pero no. Nos llegamos a su casa, entré, me senté en el sofá y lo vi bajar como si estuviera ido, se acababa de despertar, en cuanto me vio, giró la cabeza y entró rápidamente en el servicio, supongo que no me esperaba allí. Salimos, fuimos al campo, y aunque yo nunca había salido con él, me sentía como si lo conociera de toda la vida, como si tuviera con el confianza total. La mañana fue increíble y desde ese momento estuve esperando con ilusión a la semana siguiente, para volverlo a ver. Cada vez tenía más miedo, nunca había sentido algo tan fuerte en mi mente, en mi corazón. Era impresionante... yo me acostaba tarde hablando con él, y aunque yo me despertara un sábado a las 8 de la mañana ya estaba él conectado, para hablar. Nunca he conocido a nadie así. Ese chico que se escondía a veces, ese chico al que le daba vergüenza hablar con algún desconocido, me abrió su corazón, me contó su pasado, sus miedos, sus pensamientos, confiando en mi, en alguien que hacía unas pocas semanas que conocía. Empecé a soñar despierta, empecé a ver la vida de otro color, empecé a ser realmente feliz. No sabía cuanto duraría aquello, pero sabía que iba a aprovechar el tiempo que durase, porque nunca me había sentido tan viva.

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